Por
Isaac Morales Fernández
Se
impone, por necesidad histórica, que transformemos radicalmente nuestra manera
de vivir. Tal aseveración implica un esfuerzo de parte de todos por modificar
para bien nuestro contexto con una nueva cosmovisión, una nueva psique, una
nueva sensibilidad. Para ello, el Gobierno Revolucionario beneficia de manera
inédita al pueblo venezolano con la Gran Misión Vivienda Venezuela, política no
solo habitacional sino integral, que concibe al ser humano como alguien con
necesidades materiales, y también con necesidades espirituales, con sentido
humanista. Por ello, con la casa y su amueblamiento, con una remuneración
laboral digna, con pensiones, con leyes revolucionarias, con todo eso, viene un
arduo trabajo de parte del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Para los Valles del Tuy, específica y
especialmente, viene en los próximos tiempos el desarrollo de lo que será el
Plan de Acción Cultural, ordenado por el propio Presidente Hugo Chávez,
coordinado por el Ministro Pedro Calzadilla, pero, lo más importante, formulado
por el equipo del Gabinete Cultural Miranda Eje Valles del Tuy. La meta es que
con este Plan de Acción de Cultural se impulse la nueva consciencia
revolucionaria, la nueva sensibilidad social que garantizará el éxito a largo
plazo de la Revolución Bolivariana. La razón por la cual se está preparando
este Plan es fundamentalmente por la gran afluencia de nuevos pobladores que
están viniendo a esta región mirandina, y tanto a ellos como a los que ya
habitan la región desde hace más tiempo (incluyendo sus pobladores nativos), se
les brindará una atención especial con actividades culturales, formativas,
artísticas y tradicionales que les ayudarán a concebir la transformación social
como una acción de corresponsabilidad gobierno-pueblo, en el que este último
debe empoderarse de la revolución cultural que estamos y seguiremos propiciando.
Ahora bien, hay nuevos urbanismos en los
Valles del Tuy que están priorizados para recibir esta atención, concibiendo
como factible la idea de que estos deben
erigirse en el ejemplo, en el paradigma de la nueva sociedad. Particularmente,
tuve la oportunidad de experimentar lo que es un día cotidiano en uno de estos,
en el Urbanismo Alí Primera, del sector Lomas de Dos Lagunas, Municipio
Independencia, y pude notar lo palpable de esta realidad. Lo que pude notar fue
una mayor compenetración entre los vecinos que la que hay en muchos “viejos”
urbanismos. Los nuevos pobladores tienen la consciencia de que necesitan
apoyarse y ayudarse para prevalecer armónicamente, y aunque siempre hay
excepciones, ya se están comenzando a conformar consejos comunales. Pero lo más
evidente y revelador que pude presenciar en el Urbanismo Alí Primera,
específicamente, fue la alegría de los niños jugando en las áreas recreativas,
mientras sus padres los podían ver desde las amplias y frescas ventanas unos,
otros desmalezaban los jardines y colaboraban en el mantenimiento del
urbanismo; y a pesar de que el sector Lomas de Dos Lagunas tiene cierta fama,
no sin fundamento, de ser una zona de alta inseguridad, en este nuevo urbanismo
se sentía un ambiente de tranquilidad y paz como en pocos lugares se puede
sentir en esta región. De hecho, recuerdo haber comentado “no parece que
estuviera en los Valles del Tuy”.
Sin embargo, sabemos que los cuentos de
hadas solo existen en los libros, y esta no es la realidad absoluta de los
nuevos urbanismos. En todo caso, esta es la realidad ideal, valga el oxímoron,
por la que debemos luchar y tratar de mantener. La Gran Misión Vivienda
Venezuela, y todos los que de una manera u otra nos vemos involucrados en ella,
tenemos la gran responsabilidad de convertir en verdad la utopía, de darle piso
a los sueños, de hacer palpable, visible y aprehensible la Revolución. Sin
duda, vamos por la senda correcta…
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